9.9.13

Política Internacional

A 40 AÑOS DEL DERROCAMIENTO DE ALLENDE
El 11 de septiembre de 1973 un golpe de Estado depuso al presidente de Chile, el socialista Salvador Allende, y empezó una larga dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet. Fracasaba así la experiencia conocida como “vía chilena” al socialismo, iniciada tres años antes cuando Allende, liderando una coalición de partidos de izquierda, llegó al gobierno al ganar las elecciones. Las primeras noticias del levantamiento militar, en tramos de Réquiem para la “vía chilena”, nota de la revista Panorama, nº330 del 13 de septiembre de 1973.



“El martes 11 por la mañana los altos mandos de las tres armas se sublevaron contra el gobierno constitucional de Chile que preside el doctor Salvador Allende Gossens desde el 4 de noviembre de 1970. Las proclamas de los jefes castrenses, firmadas por el Movimiento Militar de Liberación Nacional (MMLN) anunciaban el derrocamiento de Allende y el propósito de liberar a Chile de la 'esclavitud marxista'. El nítido corte derechista de la ideología de los oficiales alzados hacía prever que se manifestasen fracturas en los mandos medios de las fuerzas armadas. Hasta el mediodía del martes, cuando la situación, vista desde Buenos Aires, era confusa, el presidente se encontraba en el palacio de gobierno (La Moneda) y las radios de la Unidad Popular llamaban a apoyar al gobierno. El Partido Comunista, algunas de cuyas sedes ya habían sido allanadas, propaló comunicados en los que exhortó a 'defender el gobierno y la revolución chilena'.
Alas 8 y 30 de la mañana, mientras Radio Corporación, que refleja las posiciones del Partido Comunista, afirmaba que los trabajadores se disponían a defender a su gobierno, Radio Agricultura, netamente opositora, propalaba los bandos suscriptos por los comandantes Augusto Pinochet (ejército), César Mendoza (carabineros), Gustavo Leigh (aeronáutica) y José T. Merino {marina). Poco después de esa hora la fuerza aérea ametralló y silenció la antena de Radio Corporación. No obstante, quedaban en el aire algunas emisoras leales a La Moneda.
En los últimos mensajes que pudo hacer oír la emisora Corporación se hacía notar que las fuerzas armadas están quebradas y que los trabajadores resistirán el golpe de derecha. El hecho de que el objetivo de los militares del MMLN sea el de arrancar al país de la 'esclavitud marxista' hace presumir que, efectivamente, habrá, por lo menos, focos de resistencia. Como se ha dicho en otras oportunidades, hay un fuerte sector del ejército, sector mayoritario, que es decididamente constitucionalista. Estos oficiales, lo menos que arriesgan si triunfa el golpe es la continuidad de sus carreras.


Chile tiene sus características específicas. La tendencia que el martes evidenciaban algunos observadores argentinos, en el sentido de suponer que la situación es similar a la que vivió nuestro país en septiembre de 1955, es apresurada. En la república trasandina los partidos obreros —socialista, comunista, radical, MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), MAPU (Movimiento de Acción Popular Unitaria), Izquierda Cristiana (IC)— tienen armas. Todo indica que las usarán, que habrá guerra civil.
Para la mayor agrupación opositora, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) la situación no es nada fácil. Si ganan los golpistas de derecha, será el Partido Nacional (PN), y no la DC, la expresión política del nuevo gobierno-, aun en el caso de formarse una administración militar. Peor todavía. El tono de los comunicados del MMLN es el mismo que usa Patria y Libertad, agrupación fascista que ve en los democristianos a una suerte de 'traidores'. Cabe recordar, asimismo, que el PN siempre le recriminó al PDC el haber dado sus votos a Allende en el Congreso Pleno de 1970 que llevó a la Unidad Popular al gobierno. Si en la alianza opositora CODE (Confederación de la Democracia), el partido líder era la Democracia Cristiana, ello se debía a que el PN no tiene tantos votos como el PDC. Si triunfa un golpe de ideología 'nacional', se invierten los papeles.
Si se desata la guerra civil, la democracia cristiana tendrá que optar por alguno de los campos en pugna, se quebrará. En el caso, no muy probable, de una derrota del golpe, la DC quedará desarticulada.
Resta otro posible curso de acción. Cuando, después del 'tancazo', Allende integró su tercer gabinete cívico-militar, lo llamó 'gabinete de seguridad nacional'. Una de las razones para elegir esta denominación era la siguiente: en caso de producirse una guerra civil no podía descartarse que Bolivia aprovechase la oportunidad para reconquistar por las armas el territorio que Chile le arrebató en 1879. Ese equipo ministerial debía evitar, precisamente, el desencadenamiento de un conflicto que debilitase las guarniciones del norte que, no por casualidad., hasta el lunes último se habían mantenido en calma, calma que era la concreción del 'acuerdo de caballeros' entre oficiales constitucionalistas y golpistas.
Las últimas informaciones recogidas al cierre de esta edición indicaban que las tropas alzadas, cuyo epicentro estaba en Valparaíso, habían bombardeado la residencia presidencial de Tomás Moro, ubicada en el barrio alto de Santiago. El GAP (Grupo de Amigos Personales), que es la custodia del jefe del Ejecutivo, habría resistido la agresión. El ataque, que obviamente sólo puede perseguir el objetivo de matar al presidente Allende, indicó más claramente que ninguna otra cosa el contenido político de la sublevación.”


¿Te acuerdas? - 'El 11-S de Chile' (TV España)


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